Auténtico plato estrella para familias numerosas. Las albóndigas son las reinas de la cocina de subsistencia, ya que si aumenta el número de invitados o si la crisis no te deja comprar toda la carne que quisieras, pues con poner más huevos y más rallado ya tiene el problema solucionado (ay mira, me ha salido un pareado).
Esta receta es un "Mar i Muntanya" típico de la "cuina catalana", aunque mi mamá le añade el toque de las gambas dentro de la misma albóndiga. Es "per llepar-se els dits".
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo.
- 2 lonchas de jamón de York.
- 100 gr. de gambas peladas.
- 50 gr. De tocino fresco para dar más jugosidad a las albóndigas.
- 2 huevos.
- 3 cucharadas de pan rallado.
- 1 sepia.
- Un buen puñado de habas
- ½ litro de caldo hecho con los huesos del pollo y las cáscaras de las gambas.
- 3 ajos y 2 cebollas.
- Un vaso grande de vino blanco.
- Sal, pimienta, perejil, tomillo, laurel, orégano, nuez moscada.
Picar las pechugas, los ajos y el perejil, en la picadora o en el robot de cocina.
Pasar a un bol y añadir el jamón, el tocino y las gambas -todo cortado en cuadraditos pequeños-, el huevo, la sal y las hierbas; y por último unas 3 cucharadas de pan rallado.
Enfriar en el congelador durante una hora.
Con ayuda de harina formar unas bolas y freírlas en abundante aceite caliente.
Retirar parte del aceite y dejar sólo lo necesario para hacer el sofrito: unas 5 cucharadas más o menos. Añadir la cebolla picadita y sofreír a fuego lento hasta que esté bien melosa. Añadir la sepia troceada y saltearla unos 10 minutos dorándola bien.
Echar las habas y la hoja de laurel, y 5 minutos después mojar con el vino blanco. Subir el fuego para que se reduzca todo el vino. Añadir entonces el caldo y las albóndigas. Cocinar unos 10 minutos hasta que la salsa espese.
Si se desea se le puede añadir una picada de frutos secos, ajo y perejil (opcional).
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